El Monasterio de Ripoll es uno de los monumentos románicos más destacados de Cataluña, con una gran relevancia histórica y artística. destaca la portalada del siglo XII, uno de los mejores ejemplos de escultura románica y candidata a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Junto con la basílica, el claustro y el centro de interpretación os permitirán disfrutar de un auténtico viaje a la cuna de Cataluña.
El conde Guifré el Pelós, el abad Oliba, los condes Ramon Berenguer III e IV o el obispo Josep Morgades, son personajes capitales de la nación y la Iglesia catalana, íntimamente relacionados con el monasterio.
El monasterio de Santa Maria de Ripoll fue fundado a finales del siglo IX por el conde Guifré el Pelós y su esposa Guinedilda con el objetivo de repoblar el valle de Ripoll. El monasterio prosperó rápidamente bajo la protección de los condes y en el siglo X aconteció un centro cultural de referencia en la Europa medieval. Su biblioteca custodiaba valiosos documentos de varios orígenes y temáticas tanto religiosas como de ámbitos técnicos, legales e históricos. Los mismos monjes se ocupaban de copiar y elaborar estos documentos al scriptòrium del monasterio, incluyendo biblias ricamente ilustradas. Todo y el saqueo e incendio del 1835 se pudieron salvar 231 volúmenes que se conservan al Archivo de la Corona del Aragón.
La gran basílica, de planta basilical de cinco naves y siete ábsides, fue consagrada por el abad Oliba el 1032 y es un gran ejemplo del románico lombardo. Ha sufrido varias modificaciones a lo largo de los siglos, debido por ejemplo al terremoto de 1428 o a destrozos debidos a conflictos bélicos los siglos XVIII y XIX. Su forma actual es gracias a la reconstrucción realizada a finales del siglo XIX.
Al claustro hay restos arqueológicos del siglo X (accesos a la sala capitular y refectorio) pero las galerías que vemos fueron construidas entras los siglos XII y XVI. encontramos pues una variedad de estilos, desde el prerrománico de los primeros aposentos monásticos hasta el gótico de las galerías posteriores. Hay que destacar la galería noroeste, románica y coetánea de la portalada. A los capiteles, de gran calidad, hay representadas figuras humanas y fantásticas, animales y motivos vegetales.
Un auténtico viaje a la cuna de Cataluña