«La iglesia tiene una sola nave, cubierta con bóveda de cañón apuntada, y un ábside semicircular más estrecho que la nave, característica típica de algunas iglesias del Ripollès. Se pueden distinguir los elementos típicos de la arquitectura románica lombarda: bandas lombardas, arquillos ciegos, friso de diente de sierra en la portada y en el campanario y también, en menor medida, en el interior del templo. El resto de los muros son sobrios, lisos y regulares. En cada extremo del tejado hay dos campanarios pequeños que sirven para anunciar la misa.
Es destacable el campanario de cinco pisos, elegante, esbelto y corto de altura si se contrasta con las dimensiones de la iglesia, tal y como también ocurre en Sant Cristòfol de Beget. Los campanarios de estas dos iglesias presentan similitudes artísticas. La portada, aunque no tan trabajada, recuerda la del monasterio de Sant Pere de Camprodon. Presenta una composición sobria en la decoración y elegante en la integración de la arquitectura y la escultura; fijémonos en las figuras de animales monstruosos de la parte superior.»
