«Pronto el Paseo de la Font Nova se hizo pequeño por los veraneantes y buscaron otro emplazamiento para edificar sus casas, el Paseo Maristany. El nombre le viene dado por el propietario de la primera casa que se construyó, el Sr. Francesc Carles Maristany, que junto con el arquitecto Bernardí Martorell y el contratista Francesc Suriñach empezaron a dar forma en el paseo. Este aconteció la cuna de una zona de nuevas construcciones con casas proyectadas por arquitectas como Duran y Reynals, Coderch, Medios y Sagnier entre otros. En sección transversal se desarrolla en una parte central para peatones, herbosa, de unos 20 metros de ancho, bordeado de árboles, una calzada a ambos lados del paseo de unos siete metros de ancho, y aceras exteriores de cuatro metros de ancho, con una banda empedrada y árboles. Hay que destacar las hayas alternadas discretamente de plátanos falsos y castaños de indias.
Durante la guerra civil se aprovecharon las casas señoriales del largo del paseo para reclutar e instruir milicianos republicanos y refugiados. Una de ellas, la del banquero Garcia Nieto (la segunda por la izquierda), fue punto de encuentro del Gobierno de la República, puesto que Juan Negrín, presidente del gobierno español de la Segunda República Española y su familia se estaban. Durante el tiempo que estuvo instalado se confiscaron todas las casas del paseo y se alojaban su guarda personal.
Otra finca curiosa es el llamado Borde lo Ter que se encuentra casi al final del paseo, dispone de una pequeña iglesia y un claustro trasladados desde San Esteban de Gormaz, Soria.
Magnífico paseo, tanto por sus grandiosos árboles como por las casas de veraneo.»
