El Santuario-Basílica de la Virgen María de Nuria ha estado y es uno de los lugares más conocidos de Queralbs y del Ripollès. Se trata de uno de los santuarios marianos más elevados del mundo, situado a casi 2.000 metros donde solo se accede con cremallera inaugurado en 1931. Esta circunstancia ha hecho que durante buena parte de su historia haya sido abierto solo los meses de verano. Según el legendario, un ermitaño, de nombre Amadeu, ya en el siglo XI, animó los pastores que tenían sus manadas en aquellas altitudes a construir el santuario y a buscar la talla oculta que, finalmente, fue encontrada con la intervención de un toro que rascaba ahincadamente en la roca bajo la cual estaba escondida. En la edad mediana Nuria era un lugar de entre montañas, un puerto por donde circulaban pastores, peregrinos y comerciantes.
Durante el siglo XV, la devoción y el conocimiento de Nuria crecieron por las comarcas vecinas, que ayudaron a reconstruir el santuario, muy malogrado por el terremoto del año 1428. El Santuario recibió la concesión del título de basílica en 2015. Además, la Virgen María de Nuria es patrona del obispado de Urgell, preside el Santuario-Basílica de Nuria, es invocada para la concepción de hijos e hijas. La Virgen María, sentada en un trono, sostiene el niño sobre el regazo. Las dos figuras son muy rígidas y frontales pero la forma que tiene la madre de coger el niño nos deja entrever una humanización. La policromía, muy vistosa presenta tonos rojos, azules y amarillos. La datación es complicada pero puede situarse entre los siglos XII y XIII.
Patrona de los pastores e invocada por la concepción de los hijos y las hijas, preside el santuario de Núria, situado en un bello paraje a dos mil metros de altura.
