Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica de este territorio. Conserva el que han perdido otras iglesias a causa de terremotos y reformas: un campanario de factura románica con arcuaciones lombardas y una bella cenefa a la parte inferior.
La iglesia está situada en un lugar desde donde podremos admirar el valle de Toses. Fue construida en dos fases: la nave y el campanario en el siglo XI, y el ábside, un siglo más tarde. La iglesia está formada por una sola nave coronada por un ábside y cubierta con vuelta de cañón apuntada. Destaca el campanario, de planta cuadrada y dos pisos, y una sencilla decoración de estilo románico lombardo.
En el interior se conservan importantes fragmentos de pintura mural del siglo XII; las pinturas del ábside son una fiel reproducción de las originales, conservadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña, en las cuales podemos observar un pantocrátor y escenas de la vida de Caïm y Abel. A la vuelta de la nave podemos observar restos originales de pinturas románicas.
Fijémonos también en la herramienta de la puerta, que nos permite observar como era la forja medieval en el Ripollès. La puerta es ferrada con un cerrojo también de hierro que presenta unas incisiones para dar la imagen que este cerrojo que cierra el acceso al templo es la serpiente del diablo, que es el obstáculo que el creyente tiene que remover para ingresar en el espacio sagrado de atrás la puerta.
Iglesia románica que contiene unas excepcionales pinturas en el interior de finales del siglo XII y un retablo de estilo barroco del siglo XVII-XVIII recientemente restaurado.
