El siglo X el Obispo de Girona Servus Dei consagró una iglesia dedicada a San Pedro, pero no fue hasta medios del mismo siglo que el conde Guifré II de Besalú, lo fundó como monasterio benedictino. El abad y los monjes benedictinos fueran los principales organizadores del crecimiento demográfico y económico de Camprodon entre el siglos X y XII.
Hoy en día, solo podemos contemplar la iglesia. El claustro fue destruido en 1460 y en el siglo XVII, el monasterio estaba en tan mal sido que los ocho monjes y el abad tenían que residir en casas particulares. Durante el siglo XX se derruyeron las dependencias monacales y se restauró la iglesia.
La iglesia es del siglo XII, de planta de cruz latina. Tiene una sola nave, cubierta con vuelta de cañón ligeramente apuntada, reforzada por arcos torales. Hay que destacar los cinco ábsides rectangulares, cuatro de los cuales se encuentran en el transepto y no se diferencian desde el exterior. El campanario, de dos pisos y levantado sobre el cimborrio, da dinamismo al conjunto arquitectónico; el cimborrio se traduce en el interior en una cúpula decorada con una cornisa.
La gran sencillez de la construcción del edificio y la poca decoración que podemos encontrar, lo acercan a la orden del Císter, en que la sobriedad es elegancia. La zona más trabajada es la portada de la fachada principal, con unas formas parecidas a las de Santa Cecília de Molló.
Un bellísimo templo románico construido el siglo XII en sustitución de la primitiva edificación del siglo X.