«Actualmente podemos contemplar la capilla y los restos del castillo, pero cerca, y escondidas entre el subsuelo y la vegetación se halla el barrio de casas, pendiente de una excavación completa.
La función principal del castillo era residencial puesto que tiene una situación poco elevada y a menudo es denominado casal en la documentación. En él vivía la baronía Mataplana. De esta familia son destacables Hug V de Mataplana, trovador y protector de trovadores como Guillem de Berguedà y Ramón Vidal de Besalú. En el siglo XIV, residió allí el conde Artau de pallars, identificado erróneamente con la figura mitológica del conde Arnau. Todo indica que el conde Arnau no fue un personaje histórico pero su mito ha arraigado profundamente en estas tierras: de él se dice que no pagaba las soldadas a sus mozos, que tenía relaciones con monjas y pactos con el demonio y, que fue condenado a dar vueltas eternamente por estas tierras con su caballo en llamas.
En su inicio el castillo estaba formado por una torre circular que habría sido derruida. A partir del siglo XII se construye un edificio rectangular, que años más tarde se verá ampliado por un patio amurallado alrededor del cual se fueron edificando las diferentes estancias. Desde la puerta, podemos ver al fondo la torre rectangular, a la izquierda la cuadra y las estancias y a la derecha, el horno, el amasadero y el almacén.
Delante del castillo hay una capilla, denominada Sant Joan de Mataplana. Debe destacarse el ábside, más estrecho que la nave y que sobrepasa ligeramente la forma semicircular en el interior, dando lugar a una planta de herradura.
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