Una villa que respira pasado histórico.
Sant Joan de les Abadesses ocupa el centro de un valle prepirenaico, cubierto de pastos, atravesado por el río Ter y rodeado de montañas y bosques. Es un excelente mirador a la sierra Cavallera y su cima más emblemática: el Taga. Dentro del núcleo de la villa encontramos edificaciones, calles y restos de murallas que atestiguan su pasado medieval.
La villa de Sant Joan de les Abadesses está llena de cultura y tiene una historia muy ligada al monasterio de Sant Joan. Adéntrate en ella y vive en primera persona la historia de un territorio de máxima relevancia en el periodo de configuración de la nación catalana. ¡Bienvenidos a Sant Joan de les Abadesses!
Aunque se han encontrado indicios de que la zona de Sant Joan de les Abadesses estuvo habitada desde el Paleolítico inferior, el núcleo de población se empezó a formar con la fundación del monasterio en el 887, a cargo de Wifredo el Velloso, con el objetivo de repoblar las comarcas que habían quedado deshabitadas tras la ocupación sarracena.
Joan Maragall (1860-1911) escribió algunos de sus mejores poemas, como «El comte Arnau», «Goigs a la Verge de Núria» y «La vaca cega» , durante sus estancias en Sant Joan de les Abadesses
«El monasterio de Sant Joan de les Abadesses, el primer cenobio femenino de Cataluña, fue fundado en el siglo IX por Wifredo el Velloso y la primera abadesa fue Emma, su hija. Es uno de los monumentos más importantes del románico catalán.
En él destacan el conjunto escultórico del Descendimiento, conocido como Santísimo Misterio (1251), el claustro de estilo gótico, el retablo gótico de santa María la Blanca, el sepulcro del beato Miró o la capilla de Els Dolors, de estilo barroco.»
El Palau de l’Abadia fue construido en el siglo xiv y está declarado bien cultural de interés nacional. Comprende la Oficina de Turismo; el Centro de Interpretación del Mito del Conde Arnau, que adentra al visitante en toda la magia que rodea la figura del conde; el Espai Art l’Abadia, que nos ofrece una programación regular de exposiciones de creadores contemporáneos, y las exposiciones permanentes «Romànic, una volta pel Ripollès» y «Ramon Oliveras. Lutier. Passió per un ofici».
Lugar de interés cultural e histórico, la Vila Vella (casco histórico) está organizada según el esquema de las ciudades romanas, con calles paralelas y perpendiculares y la plaza Major en el centro. Destacan también los restos de la muralla medieval que rodeaba toda la Vila Vella.
Las bases de este puente datan del año 1138. Fue dinamitado al final de la guerra civil española y en 1976 se reconstruyó fielmente, con la bóveda gótica y las pequeñas arcadas del puente románico.
La iglesia de Sant Pol data del siglo xii. Con la edificación románica visible, permite entender el proceso de construcción de las iglesias de la época.
La ermita de Sant Antoni de Pàdua está situada en la cima de una colina, a 1040 metros de altitud, con unas magníficas vistas sobre el valle de Sant Joan de les Abadesses. El edificio actual fue construido en 1852, pero la ermita está documentada desde 1635.
Centro de interpretación de los molinos hidráulicos y el ecosistema fluvial, situado en el antiguo molino de harina del monasterio de Sant Joan de les Abadesses. Para más información y visitas: CEA Alt Ter
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