Ripoll, cuna de Cataluña y capital de El Ripollès, es un municipio clave en la historia y la identidad catalanas. La villa, situada en el corazón del Prepirineo y rodeada de montañas, se ha ido extendiendo en torno a los ríos Ter y Freser, y allí conviven fiestas, tradiciones y costumbres forjadas a lo largo de siglos de historia con edificios modernistas y comercios que se han ido adaptando a los tiempos; todo ello en un entorno rural.
Los orígenes de la villa están vinculados estrechamente al conde Wifredo el Velloso, que es considerado el fundador de la nación catalana y que en el año 879 fundó la primera iglesia, que pasó a ser administrada por una comunidad de monjes benedictinos, bajo la advocación de santa María.
La personalidad ripollesa se ha forjado también con el trabajo del hierro, la fabricación de armas de fuego, la incidencia de las guerras, el modernismo, el ferrocarril… Estos factores y otros, surgidos en la Edad Moderna y la Edad Contemporánea, permanecen en la memoria colectiva de Ripoll.
El monasterio de Ripoll, uno de los monumentos más bellos y evocadores de Cataluña, conserva una de las piezas del románico catalán más destacadas, la portada, construida en el siglo xii, también conocida como la Biblia en piedra y candidata a Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Junto con el centro de interpretación, la basílica, el claustro, la necrópolis y las tumbas condales, podremos disfrutar de un pasado histórico en la cuna de Cataluña. El conde Wifredo el Velloso, el abad Oliba, los condes Ramón Berenguer III y IV o el obispo Josep Morgades son personajes cruciales de la nación y la Iglesia catalanas, relacionados íntimamente con el monasterio. Visitar Santa Maria de Ripoll es hacer un verdadero viaje en el tiempo a los orígenes de Cataluña.
El primer museo de etnografía de Cataluña te invita a hacer un recorrido que te permitirá conocer la historia de un pueblo, Ripoll, así como sus costumbres, tradiciones y cultura. Destacan las colecciones relacionadas con los pastores, los payeses, la religiosidad popular, el hierro forjado y la fragua catalana y las armas de fuego portátiles ripollesas.
Exposición permanente que, de manera interactiva y didáctica, te ofrece la posibilidad de conocer el pasado cultural de la población y la importancia del monasterio de Santa Maria de Ripoll en la producción y la copia de manuscritos.
Es una auténtica fragua transformada en forja de cobre, fundada en el siglo xvii, que permite conocer el proceso mediante el cual la mena se convierte en hierro apto para ser trabajado posteriormente.
Un paseo por el centro de la ciudad te permitirá conocer edificios de interés histórico y arquitectónico, como la Casa Codina, la Casa Alòs, la Casa Bonada y la capilla de Sant Miquel de la Roqueta, que fueron erigidas en una época de progreso e industrialización a principios del siglo xx. Paseando descubrirás que todavía quedan vestigios de la época medieval, como los fragmentos de muralla del siglo xiv en la antigua iglesia de Sant Pere, en el Museo Etnográfico, en el puente del Raval y en otras localizaciones delimitadas por los ríos Ter y Freser.
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